E
rase una vez una niña a la que le gustaba mucho leer cuentos. Leía sus propios cuentos y le quitaba a su hermana los suyos. Todo era perfecto salvo por un pequeño detalle: la niña era todavía muy pequeña y no sabía leer. A ella no le importaba, leía los dibujos y miraba las letras.
Los libros de cuentos que más le gustaban eran los que estaban llenos de imágenes, algunos de ellos casi ni tenían letras. Pero más de una vez se la podía ver buscando la A entre todas las letras, sabía que esa letra era una letra muy especial: mamá, papá, tata, Vega, Diana, yaya, abuelo… todas tenían una A . Por eso le gustaban tanto los cuentos de Hadas.
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